El fundador, Alan Scholz, inició una pequeña empresa llamada Burley Bike Bags en la que fabricaban bolsas para bicis hechas a mano. Con la decisión de no utilizar el coche para nada, inventó el primer remolque de bicicleta para poder llevar las bolsas de la compra y también a su hija pequeña. Esto causó una gran expectación en la ciudad y pronto le llovieron los pedidos.

En 1978, Burley pasó a formar parte de una cooperativa propiedad de los trabajadores. La cooperativa construyó una reputación de productos seguros y duraderos y el nombre "Burley" se convirtió en sinónimo de "remolque de bicicleta". En 2006, los miembros vendieron la empresa a Michael Coughlin.

Hoy en día, Burley es conocida en todo el mundo por fabricar equipos de transporte recreativo que marcan la pauta en cuanto a seguridad, durabilidad y diseño cuidadoso.